LA FACILITACIÓN EN AEROPUERTOS, MÁS NECESARIA QUE NUNCA

Muchos administradores aeroportuarios y gobiernos se preguntan: ¿Cómo puedo atender mejor la demanda en una terminal aérea sin tener que invertir en costosas ampliaciones, o en caso de no poderlas hacer, sin recurrir a infraestructura en otras ubicaciones?

Frecuentemente ignoran que desde finales de la Segunda Guerra Mundial, cuando una cantidad importante de naciones se pusieron de acuerdo para poner en orden y regular en el desarrollo de la aviación civil internacional, se les dotó de una valiosa herramienta jurídica que acompañó el blindaje técnico que busca garantizar operaciones aéreas seguras, confiables, eficientes y económicas; me refiero al Anexo 9 al Convenio de Chicago sobre Aviación Civil Internacional de 1944, denominado “Facilitación”.

Si bien la aviación civil internacional, incluyendo la mexicana, ha hecho grandes esfuerzos para garantizar hasta donde ello es posible, operaciones seguras en tierra y aire y los aeropuertos y el espacio aéreo se han convertido en lugares particularmente bien protegidos contra fallas técnicas, errores humanos o atentados, tanto así que con justicia se afirma que la parte más peligrosa de un vuelo es aquella que comprende el traslado del pasajero desde el lugar en el que se hospeda o parte en el origen, hasta el aeropuerto y viceversa, también es cierto que -y seguramente relacionado con los grandes atentados terroristas, caso de los ataques del 11 de septiembre de 2001 a los Estados Unidos-, de alguna manera se ha dejado a un lado el velar por que el aerotransporte mantenga su principal ventaja competitiva que es la velocidad y que ésta no se pierda ante la lentitud del acceso y tránsito de los pasajeros, tripulantes, aeronaves, carga y equipos por los aeropuertos nacionales e internacionales, lo cual suele suceder con extrema facilidad.

Es así que soy de la idea que sin bajar la guardia en lo que a seguridad se refiere (lujo que no nos podemos dar), creo que es tiempo de voltear la mirada nuevamente hacia los temas de Facilitación, en especial en tiempos en los que algunas infraestructuras aeroportuarias de todo el mundo han alcanzado tales niveles de saturación.

Sacar del olvido al Anexo 9 e invertir seriamente en acciones de simplificación de procesos, trámites y optimización del empleo de instalaciones y equipo puede resultar una valiosa estrategia no solamente para incrementar la capacidad de un aeropuerto sin necesariamente expandirlo o complementarlo con instalaciones en otra ubicación, sino para algo sumamente importante: mejorar la calidad de la experiencia de tránsito por él.

Y es que la percepción de quien emplea un aeropuerto puede resultar poderosamente subjetiva, al grado de calificar como saturado un aeropuerto que en realidad no lo está cuando se enfrenta a excesivas complicaciones en su paso por sus instalaciones, o de eficiente, aun cuando verdaderamente ya no cabe nada ni nada más en él, pero permite tránsitos sin problemas.

Dicho de otra manera: hacer más fluido el tránsito por un aeropuerto mediante un esfuerzo coordinado y monitoreado entre autoridades, administradores y proveedores de servicios, puede incrementar su capacidad de atención de tráfico (pasajeros y/o carga) y mejorar la calificación que le otorga un usuario, sin necesidad de hacer grandes inversiones en edificios, pistas o plataformas, por ejemplo.

Lograrlo no es sencillo; se requiere una labor interdisciplinaria de gran alcance dentro y fuera del aeropuerto en lo referente a temas como reingeniería de procesos, modernización y mantenimiento de instalaciones y equipos, capacitación, accesos, reglamentación, gestión, concientización, estandarización, difusión de información, financiamiento, provisión de servicios y abasto de insumos.

Este esfuerzo supone la participación de actores públicos y privados a nivel nacional y local en los sectores de las comunicaciones y los transportes, la seguridad nacional, la defensa, la policía, la economía, el comercio, el turismo, la movilidad, la sanidad, las relaciones exteriores, el control de acceso al territorio nacional de personas y bienes, la administración pública federal, estatal y municipal, las cámaras industriales y los gremios, entre otros.

Estamos hablando sin duda de todo un cambio de paradigmas, acompañado del reto de no bajar la guardia en lo que a seguridad integral y soberanía nacional toca.

Como en otros ámbitos me da la impresión que la palabra clave es el equilibrio, pero también la madurez y la buena disposición a la hora de tratar de llegar a acuerdos y compromisos interinstitucionales.

Sobra decir que sin el respaldo político de las autoridades al más alto nivel, cualquier iniciativa seria en la materia resultará infructuosa.

Noviembre-diciembre 2018

Comparte esta noticia en redes:

Facebook
X
LinkedIn
WhatsApp
Imprimir

PODRÍAS ESTAR ANUNCIADO AQUÍ

Anuncia tu negocio HOY.
Últimas Noticas
Categorías

Suscríbete al Newsletter

Sigue informado de las últimas noticias.